Que aburrido debe ser no aprender, no interesarse por algo nuevo todos los días, no querer ser mejor. Hay mucha gente que vive su vida en un estado de estancamiento intelectual, emocional, físico y espiritual. Los meses pasan y siguen pensando igual que el mes anterior.
La naturaleza nos enseña que todo cambia, que todo avanza, que todo es distinto cada vez que la observas, que aunque puedas ver una misma montaña todos los días, sabes que si la observamos más de cerca veremos que han nacido nuevas plantas y otras ya han muerto.
La vida, para que la disfrutemos realmente, debe estar llena de progreso, crecimiento, aventura, cosas nuevas, nuevos retos.
Los buenos líderes son expertos en su crecimiento, no se quedan estancados en sus éxitos pasados, sino que buscan adentrarse en nuevos desafíos que los hagan crecer. Mientras que a una persona de mentalidad promedio le asusta el cambio, a los líderes les entusiasma. Se preguntan ¿Qué habrá más allá? ¿Qué habrá detrás de esa puerta? Sigue leyendo