La DPV no es un discurso ético. Es una filosofía de la dirección por liderazgo. Eso quiere decir que trabaja sobre la integridad en la persona y en la organización. La DPV se basa en la participación, a través de equipos inteligentes de trabajo que construyen redes interactivas, que utilizan bases comunes de datos, a las que aportan y de las que reciben y que forman un entramado eficiente de relaciones interpersonales.
El núcleo central de esta filosofía es hacer de la empresa un sistema integrado de valores que se consigue no por una declaración de principios a propósito de la planeación estratégica sino por un proceso de construcción que lleva tiempo, pero que parte de la decisión de los directivos de dar a los valores un soporte real en el desarrollo empresarial y vincularlos con los aspectos centrales de la empresa: técnicos, administrativos, financieros, de producción, ventas, servicio, control de calidad, etc.
En la visión antigua de la empresa contaba básicamente el capital económico, el patrimonio representado en bienes o en dinero. En la visión actual cuenta mucho el capital intelectual –humano: el saber acumulado de la persona, y estructural: el saber acumulado de la empresa–, tanto o más que el dinero.
El conocimiento y la información son el nuevo nombre del capital: una empresa vale lo que vale el conocimiento y los valores de su gente. El conocimiento y los valores encarnados por las personas son el recurso más productivo de una organización.
Eso es lo que confiere cultura a una empresa: el conocimiento y los valores compartidos, estimulados, participados, gestionados, practicados e incrementados continuamente. Lo que los incrementa es el sistema informal, espontáneo, la libertad que los expande, crea espacios, decide bien, obra transparentemente, es innovadora y solidaria (comprometida). Y la disciplina del trabajo como la más poderosa fuente de realización personal, visto de modo subjetivo (crecimiento personal) y objetivo (resultados cuantificables y cualificables), o si se quiere entendido como productivo y formativo, que busca el tener para el ser, para vivir en un contexto de valores humanos positivos. Sigue leyendo →
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